lunes, 25 de julio de 2016

“Tuve que descubrir mi lengua, conforme iba escribiendo”: Celerina Sánchez, poeta ñuu savi


Siento tu piel aunque lejos estés/ la trae consigo el viento/ penetra por mis huecos/ para sorprenderme de madrugada/ la brisa lava nuestros pecados/ como relicarios no usados/ sólo para dar sentido a nuestra existencia/ bajo la penumbra de la ciudad…

Celerina Patricia Sánchez lee sus poemas en su lengua Tu’un ñuu savi (mixteco- la lengua de la lluvia) y en español y la acompaña con su armónica Víctor Gally. Ambos trabajaron durante seis meses para preparar el recital poético-musical bilingüe NatsikáViaje Poesía y blues que muy pocos tuvimos el privilegio de escuchar en la librería de la editorial Herder. Sonriente la poeta comentó sin arredrarse “sabemos que la poesía no es de masas” y así pudimos disfrutar de poemas al camino, a la vida, al amor, a la muerte, a la soledad, a la tierra, a la naturaleza… escuchando la musicalidad de la poesía en un idioma desconocido para la mayoría de quienes vivimos en este país -aunque quizá alguien lo haya hablado junto a nosotras en alguna parte- acompañada de la cadencia melancólica del blues.

La ruta del viaje fue trazada por los poemas del primer libro de Celerina Patricia, Inií Ichi= Esencia del camino, editado en 2013 en ñuu savi y español por Pluralia Ediciones, con apoyo de Conaculta, como parte de la colección Voces Nuevas de Raíz Antigüa / Poesía Indígena Contemporánea de México, integrada por cinco libros de igual número de autoras que escriben, respectivamente, en mixteco, zapoteco, chol, tzotzil y zoque.

El libro, ilustrado por Olivier Samuel Cyril Dautais contiene un CD en el que la artista dice sus poemas en ñuu savi y español.

Aunque Celerina Patricia, originaria de Mesón de Guadalupe, distrito de Juxtlahuaca, Oaxaca, empezó a escribir hace 18 años, éste es su primer libro. Lingüista de formación -estudió en la Escuela Nacional de Antropología e Historia- explicó que aunque había publicado en numerosas revistas y periódicos como Bisturí a párrafo abierto, La iguana azul, Colibrí; ha participado en cinco o seis antologías, “que son las que conozco ahora porque las demás ya no sé dónde quedaron, una de Oaxaca, una que se hizo en francés- ñuu savi-español que se llama Cuatro poetas contemporáneos, otro que hizo Escritores en Lenguas Indígenas en un tomo, y en otras muchas”, cuando (la dirección de) Culturas Populares la invitó a publicar un libro, ella no quiso.

–¿Cuál es la razón por la que yo no quise publicar en Culturas Populares si me invitaron? Primero porque yo no veía canal de distribución, no tiene chiste que tu saques un libro y luego lo embodegues o lo regales a los funcionarios para decir que sí estás haciendo un trabajo; es lo que yo veía claramente que hacían ellos. Y además les propuse que, bueno, está bien publiquemos pero quería un libro ilustrado y me dijeron que era muy caro, cómo pretendía yo hacer eso si era un libro de poesía, la poesía, la señora reina de ahí es la palabra y yo quería un libro ilustrado y entonces ya me quité de esa idea y como publicar no ha sido lo primordial para mí, lo primordial para mí era trabajar la lengua Tu’un ñuu savi, que la gente se diera cuenta que podía escribir.

Y yo decía para qué publico si la gente no va a saber de mi libro. La gente de mi lengua, de mi cultura… para publicar pues hay un montón que escribe en español… hasta que me llegó la propuesta, que por cierto la hizo Mardonio Carballo que fue el que me invitó primeramente y luego ya nos quedamos con Pluralia Ediciones… y entonces salió una convocatoria de Conaculta y fue que hicimos este libro. El plus es que este libro tiene un disco, yo estoy aquí leyendo mis poemas tanto en la lengua como en español…

A mí me gustó muchísimo el libro por lo del disco. Este poemario es una compilación de 16 años de escribir… y lo quise hacer así por mi gente, porque yo sé que si llega a las manos de mi gente, de mi cultura, lamentablemente mucha gente no sabe leer la lengua, somos analfabetos en nuestra lengua; yo por ejemplo, fui autodidacta y le preguntado a las poetas, y también escritores que me he encontrado y la mayoría me ha dicho ´somos autodidactas en nuestra lengua porque no existe una escuela como tal´, como el español que nos enseñan las reglas gramaticales.

En mi caso yo tuve que descubrir mi lengua, conforme iba escribiendo iba descubriendo muchas cosas; al principio, obviamente, hay cosas que están muy leves por la misma situación de que apenas iba intentando escribir en mi lengua, entonces en todos esos años que yo fui escribiendo fui descubriendo también la gente que estaba trabajando mi lengua, que no necesariamente eran escritores, pero eran lingüistas o gente que estaba interesada en la lengua desde la gramática consensada, porque hasta eso, tenemos que hacer una gramática consensada; los nahuas no han llegado, siguen peleándose por la gramática, es que es impresionante, hasta por las grafías, que si va con k, si con c, si es en náhuatl clásico o que si no, lo que dijo León Portilla o lo que no dijo, que si se pelearon con el maestro… así también está mi lengua no es que los nahuas son los únicos que se andan peleando, nosotros también. En el caso por ejemplo de la ch, que es para cha, che, nosotros usamos la c y la h, alguna propuesta quiere que sea la t y la y, tchay que se diga así. Nosotros en mi región no podemos reconocer ese sonido pero ya cuando estudias ya lo reconoces. El asunto es que en algunas variantes eso significa otras cosas, y cuando hay una variación de esos sonidos y quiere decir otra cosa no puedes decir que así va a ir todo porque entonces también es una dictadura: así lo escribes porque yo digo que lo escribas en toda la región.

–¿Hay muchos poetas ñuu savi?

–Lamentablemente no, nada más está Kalu Tatyisavi, Rolando García, Ofelia Pineda, Francisco Lozano de Baja California, muy bueno por cierto es migrante está en San Quintín y otros pero son pocos… a diferencia de los zapotecos que hay muchos más o mayas y es que no tiene que ver tanto con la lengua, más bien tiene que ver con el proceso que se está llevando a cabo de difusión de la escritura… Con los chavos que están emergiendo en Juchitán sobre todo, hay bastante tallereo con los propios escritores que están ahí, son zapotecas. En mi caso hemos hecho algunos talleres pero muy leves, necesitamos hacer mucho trabajo de difusión.

–¿De qué vives?

–De aplausos no, porque luego voy al mercado y no me dan los jitomates con aplausos; antes tenía un trabajo, iba todos los días pero me quedé sin trabajo… ahora trabajo con organizaciones: por cuatro años hemos trabajado en la revitalización de la lengua nahuatl en la zona de Texcoco, en la montaña; han sido cuatro años de trabajo intenso, ha pegado en dos pueblos nada más, originalmente se había hecho para cuatro pueblos. Yo no hablo nahuatl pero soy lingüista por eso me solicitan, y algunos trabajos hago de traducción, me pagan. Hay algunas cosas que hemos luchado porque nos paguen, la verdad es que luego nos llaman, ´hazme esta traducción pero gratis´, entonces se ha molestado mucha gente conmigo porque yo les digo yo sí cobro y es tanto y se enojan pero otros no se enojan y si me pagan, entonces ahí vamos.

–¿Y por qué blues?

–Hay que preguntarle a Gally. El disco (del libro) no está musicalizado también porque llevamos apenas como unos seis meses trabajando… la verdad es que ni nos conocíamos. Un día nos invitó Héctor (Martínez editor de Pluralia) a hacer una fiesta y fuimos y los invitaron a ellos para tocar y entonces Víctor cuando oyó mi poesía le gustó mucho y dijo porque no improvisamos aquí mismo: improvisamos en ese momento… pero yo digo que hubo como un enamoramiento de la poesía y la música, mucha gente también me ha preguntado por qué no la música tradicional… y no, porque yo creo que también se vale abrirse a unas propuestas nuevas y si esta música con la poesía funcionan, me parece bastante bien, yo creo que es válido, yo no me siento, así como ´solamente esto porque si no, no va a ser´. Ese es otro problema con el que nos enfrentamos los escritores en lenguas originarias, porque de repente nos acusan que si no escribimos a las flores y a las plantas entonces ya no estamos escribiendo poesía indígena, o si no lo hacemos de una forma es que ya no es. Creo que tenemos que rebasar eso, tenemos que ver cómo innovar porque no nos podemos estancar, tenemos que hacer más. Bienvenido el blues en este caso porque fueron la poesía y la música los que se enamoraron y éste es el resultado.

Por su parte Víctor Gally, músico y compositor, comentó que habría que ver la opinión de los bluseros ortodoxos respecto a la combinación de la música y la poesía en ñuu savi. Así como hay gente que dice no puedes combinar tu lengua con otra música que no sea la propia del pueblo, hay bluseros, que los hay, que nada más dicen que el blues es una manera de hacer la música. “En ese sentido sí necesitamos nombrarlo de alguna manera, blues recital poético ñuu savi -blues savi- se abren puertas, estamos experimentando, sobre todo lo más importante es tener la capacidad de la sorpresa, al final creo que nos sorprendimos cuando nos conocimos y lo seguimos haciendo”.

Informó que actualmente está trabajando en otro proyecto, originalmente nació como un grupo pero hace dos años lleva el nombre de la cantante Steffie Beltt. De hecho van a ir a Ecuador para participar en el Noveno Festival Internacional de Blues en agosto, donde van a estar representando al blues mexicano.

Fuente: DesInformémonos